ANÁLISIS DE LA LLAMADA
“DEUDA HISTÓRICA A LOS PROFESORES”
En Sesión Especial 85ª, el pasado miércoles 14 de enero 2009, el señor NAVARRO se dirigió a la cámara.-
La verdad es que las cosas por sabidas se callan, y por calladas se olvidan. Y tal parece ser que este ha sido el tema.
Hay que recordar claramente de que esto ocurrió el 81. Hubo diez años de la Dictadura para resolverlo. En diez años no se resolvió. Han venido 18 años de la Concertación y tampoco se han resuelto. O sea, aquí hay un lío que ni Dictadura y sus alcaldes ni la Concertación han podido resolver, y en particularmente porque lamentablemente los Gobiernos de la Concertación han dejado de escuchar a la gente, se han alejado de la ciudadanía. En definitiva, no han escuchado la voz de los profesores, de sus profesores. Porque en definitiva muchos de los que están en el Gobierno han tenido profesores de los que hoy día están en las tribunas, y muchos de ellos todavía hacen clases. Y son sus alumnos los que hoy día efectivamente nos dicen que este es un problema judicial, cuando este es un problema moral, ético, político, social, en definitiva es una deuda del Estado y que debe ser asumida.
En definitiva, lo que se requiere es una respuesta política, no judicial.
La Concertación va a perder las elecciones si no resuelve entre otras cosas esta deuda histórica, el Transantiago, en definitiva lo que la gente reclama. Y, por tanto, los presidenciables de la Concertación tienen que tener muy claro que en definitiva la paciencia se agota y que el costo social y político por necedades como esta puede ser muy grande.
Plata hay.
Se nos dice permanentemente que en los tiempos de vacas gordas hay que ahorrar para los tiempos difíciles. Cuando hay dinero hay que guardar para los tiempos difíciles.
En los tiempos difíciles se dice que el dinero que habíamos guardado lo estamos gastando, y tampoco hay. O sea, no hay ni cuando hay excedentes ni cuando hay déficit.
En definitiva la pregunta es, entonces, ¿cuándo hay dinero disponible para poder saldar esta deuda?
Yo siento de que ya basta de proyectos de acuerdo. Yo he firmado el proyecto de acuerdo que ha presentado el Presidente. Pero va a ser otro grito al desierto más. Porque, en definitiva, la pregunta que debiéramos hacernos es qué están dispuestos a hacer los Senadores para poder presionar al Gobierno para un acuerdo político decente sobre la deuda.
Y eso estimados colegas va a pasar por movilización.
El que crea que esto va a ser un acuerdo político más, no va a ser.
Acuerdo político hubo para establecer una LGE, que lo único que hace es consagrar una educación de mercado, con lucro y con exclusión. Y para eso hubo acuerdo político, y para eso va a haber dinero, para una ley que en definitiva viene a consagrar un sistema que en definitiva no da buena educación.
Lo hemos discutido hoy día. Acaba de ser rechazado el concepto de laicidad. No se requiere que la educación sea laica. Fue un gran debate que tuvimos hoy día en la Comisión de Educación en la mañana.
Quiero decir, entonces, de que siendo este un problema político, porque efectivamente es un problema político, así como la LGE no es un problema solo pedagógico, en mi opinión es un problema ideológico del tipo de ciudadano que está formando y el tipo de sociedad que queremos formar. Este es un problema que dice relación con el tipo de relación del Estado con los educadores de Chile.
Si les maltrata de este modo, si en definitiva se les niega la posibilidad de poder resolver este tema ahora, y más aún, se envía un proyecto de ley, la Ministra lo sabe muy bien, un proyecto de ley que va a terminar ahora con la municipalización, y van a ser las corporaciones públicas locales de educación o corporaciones locales de educación pública y se les va a traspasar una vez más de sistema, la verdad es que yo no sé hasta dónde está la capacidad de aguante de los profe. Porque, la verdad, si ya los cambiaron del Ministerio de Educación a los municipios y ha quedado esta deuda profunda, la verdad es que pretender volver a cambiarlos de sistema sin saldar la deuda no es posible. Y, por lo tanto, este no es un problema solo de los profesores, es un problema también del sistema que queremos cambiar en la LGE , y particularmente el sistema educacional.
Es por eso, señor Presidente, que quiero comprometer, por cierto, no solo en el tema de la eventual campaña presidencial a la que estamos avocados, sino que vamos a decir de que queremos que efectivamente se resuelva, queremos que las mesas de diálogo sean mesas de diálogos en que nos escuchemos.
La “Revolución Pingüina” fue traicionada, digámoslo francamente. Yo espero que la mesa de diálogo que se conforme con la voluntad del Gobierno sea una mesa de diálogo positiva para avanzar.
Yo estoy dispuesto a marchar junto a los profesores. No queda otra. Yo les advierto: o hay acción social de movilización en este período presidencial para poder legítimamente, dentro del marco de la ley, por cierto, de las buenas costumbres, o la verdad es que van a seguir esperando, porque la verdad es que no estoy aquí para mentirles, para decirles “Sí, vamos a aprobar un proyecto de acuerdo”. Hemos aprobado decenas de proyectos de acuerdo. No se escucha, Padre. El Gobierno no escucha. El Ministro de Hacienda tiene muy y fundadas razones. Pero aquí lo que cabe, estimados colegas profesores es luchar, porque en definitiva nada les ha sido concedido a los trabajadores si no es con lucha. Y yo por lo menos voy a acompañar hasta el final esa lucha.
He dicho, señor Presidente.
--(Aplausos en tribunas).
“DEUDA HISTÓRICA A LOS PROFESORES”
En Sesión Especial 85ª, el pasado miércoles 14 de enero 2009, el señor NAVARRO se dirigió a la cámara.-
La verdad es que las cosas por sabidas se callan, y por calladas se olvidan. Y tal parece ser que este ha sido el tema.
Hay que recordar claramente de que esto ocurrió el 81. Hubo diez años de la Dictadura para resolverlo. En diez años no se resolvió. Han venido 18 años de la Concertación y tampoco se han resuelto. O sea, aquí hay un lío que ni Dictadura y sus alcaldes ni la Concertación han podido resolver, y en particularmente porque lamentablemente los Gobiernos de la Concertación han dejado de escuchar a la gente, se han alejado de la ciudadanía. En definitiva, no han escuchado la voz de los profesores, de sus profesores. Porque en definitiva muchos de los que están en el Gobierno han tenido profesores de los que hoy día están en las tribunas, y muchos de ellos todavía hacen clases. Y son sus alumnos los que hoy día efectivamente nos dicen que este es un problema judicial, cuando este es un problema moral, ético, político, social, en definitiva es una deuda del Estado y que debe ser asumida.
En definitiva, lo que se requiere es una respuesta política, no judicial.
La Concertación va a perder las elecciones si no resuelve entre otras cosas esta deuda histórica, el Transantiago, en definitiva lo que la gente reclama. Y, por tanto, los presidenciables de la Concertación tienen que tener muy claro que en definitiva la paciencia se agota y que el costo social y político por necedades como esta puede ser muy grande.
Plata hay.
Se nos dice permanentemente que en los tiempos de vacas gordas hay que ahorrar para los tiempos difíciles. Cuando hay dinero hay que guardar para los tiempos difíciles.
En los tiempos difíciles se dice que el dinero que habíamos guardado lo estamos gastando, y tampoco hay. O sea, no hay ni cuando hay excedentes ni cuando hay déficit.
En definitiva la pregunta es, entonces, ¿cuándo hay dinero disponible para poder saldar esta deuda?
Yo siento de que ya basta de proyectos de acuerdo. Yo he firmado el proyecto de acuerdo que ha presentado el Presidente. Pero va a ser otro grito al desierto más. Porque, en definitiva, la pregunta que debiéramos hacernos es qué están dispuestos a hacer los Senadores para poder presionar al Gobierno para un acuerdo político decente sobre la deuda.
Y eso estimados colegas va a pasar por movilización.
El que crea que esto va a ser un acuerdo político más, no va a ser.
Acuerdo político hubo para establecer una LGE, que lo único que hace es consagrar una educación de mercado, con lucro y con exclusión. Y para eso hubo acuerdo político, y para eso va a haber dinero, para una ley que en definitiva viene a consagrar un sistema que en definitiva no da buena educación.
Lo hemos discutido hoy día. Acaba de ser rechazado el concepto de laicidad. No se requiere que la educación sea laica. Fue un gran debate que tuvimos hoy día en la Comisión de Educación en la mañana.
Quiero decir, entonces, de que siendo este un problema político, porque efectivamente es un problema político, así como la LGE no es un problema solo pedagógico, en mi opinión es un problema ideológico del tipo de ciudadano que está formando y el tipo de sociedad que queremos formar. Este es un problema que dice relación con el tipo de relación del Estado con los educadores de Chile.
Si les maltrata de este modo, si en definitiva se les niega la posibilidad de poder resolver este tema ahora, y más aún, se envía un proyecto de ley, la Ministra lo sabe muy bien, un proyecto de ley que va a terminar ahora con la municipalización, y van a ser las corporaciones públicas locales de educación o corporaciones locales de educación pública y se les va a traspasar una vez más de sistema, la verdad es que yo no sé hasta dónde está la capacidad de aguante de los profe. Porque, la verdad, si ya los cambiaron del Ministerio de Educación a los municipios y ha quedado esta deuda profunda, la verdad es que pretender volver a cambiarlos de sistema sin saldar la deuda no es posible. Y, por lo tanto, este no es un problema solo de los profesores, es un problema también del sistema que queremos cambiar en la LGE , y particularmente el sistema educacional.
Es por eso, señor Presidente, que quiero comprometer, por cierto, no solo en el tema de la eventual campaña presidencial a la que estamos avocados, sino que vamos a decir de que queremos que efectivamente se resuelva, queremos que las mesas de diálogo sean mesas de diálogos en que nos escuchemos.
La “Revolución Pingüina” fue traicionada, digámoslo francamente. Yo espero que la mesa de diálogo que se conforme con la voluntad del Gobierno sea una mesa de diálogo positiva para avanzar.
Yo estoy dispuesto a marchar junto a los profesores. No queda otra. Yo les advierto: o hay acción social de movilización en este período presidencial para poder legítimamente, dentro del marco de la ley, por cierto, de las buenas costumbres, o la verdad es que van a seguir esperando, porque la verdad es que no estoy aquí para mentirles, para decirles “Sí, vamos a aprobar un proyecto de acuerdo”. Hemos aprobado decenas de proyectos de acuerdo. No se escucha, Padre. El Gobierno no escucha. El Ministro de Hacienda tiene muy y fundadas razones. Pero aquí lo que cabe, estimados colegas profesores es luchar, porque en definitiva nada les ha sido concedido a los trabajadores si no es con lucha. Y yo por lo menos voy a acompañar hasta el final esa lucha.
He dicho, señor Presidente.
--(Aplausos en tribunas).
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